De todas las imágenes conservadas relacionadas con Da Vinci, el dibujo atribuido a su discípulo Francesco Melzi es el que se perfila como el más fiel al rostro del maestro, representado de perfil, con cabello largo y poblada barba. Custodiado en la colección real inglesa, el retrato parece haber sido la base para otras obras que buscaban mostrar su apariencia.